jueves, 28 de octubre de 2010

La serenata

Yo tuve muchos avatares ínclitos en la vida.

Mi santa madrecita siempre me decía, hijo,  en el oprisusculo del destino desventurosientistico, tendras siempre la ayuda iconoclasticosienta del devenir oficrostimo.

Cuanta verdad destilaban las palabras de mi progenitoristica  madre, creadora de mis sentimientos mas presitocracicos.

Me siento triste.

Si me acuesto, pierdo.

Los padeceres comenzaron en la edad pubericosienta, cuando asomaban en mis venas los primeros vestigios del asombro juventisioso. Del descubrimiento de la vida acostima, de los placeres mundanicosientos, de la ventura episostima  que da el sabio trascurrir de las mieles eternas de lo recóndito inasible.

Nocierto?

Una señorita pululaba  por el lado de adentro de mi mente pura y cristalina como el agua de los manantiales que fluyen en los prados verdisocientos  y parduzcos, fieles esencias de lo imaginable, y ella ocupaba mis  momentos mas subliminoideos. Su nombre era  Cordelia, mi amada a la distancia. Todos mis sueños mas ensueñativos iban siempre hacia su presencia intima y  poemistica que ansiaba con ansias  ansiosativas..

Un desastre.

La nami ni bola me daba.  Oooh como he sufrido! Una tristeza enorme me  entristecia  y eculubraba sentimientos de angustias rechazasientas.  me sentía  anonadado, apocado, oportucado, precidocado, mustilento…

Una porquería,  bah!

No me deje vencer por el destino amorfo y desgastantivo. Estaba enamorado y ella debía entender que nunca haberia otra para mi. Eh?

Una noche oscura como boca de lobo, testigo solito la luz de un candil, agarre una escalera de mi vecino el pintor, me la cargue por arriba de mis  espaldas y me lance resueltisticamente hacia la casa de mi adorada Cordelia.  Iba a traspasar las fronteras heroicas del amante enloquecido cual Romeo irrumpiendo en los 70 balcones y ninguna flor. O eran 40? Bueno deja.

Las nubes entechaban el cielo tenuemente iluminado por una luna que estaba prendida, mientras la estrellas derrochaban luciérnagas aladas y pintorescas sobre un mar fláccido y latente.

Masomeno.

Portaba entre mis amarmalotadas manos una guitarra,  por si una serenata cantada al anochecer entibiara el pecho de Cordelia, la fuente de  mi  inspiración mas inspirativa. Coloque la escalera sobre la pared medianera de la casa de mi amada, acercándola hacia su ventana atenuada en su brillo por las flores de la cortina deslumbrante de su alcoba, o sea de la pieza de la nami no?.

Agarre la guitarra encordada y apóyela sobre mis muslos y comencé estas bellas estrofas de mi canción favorita

Toy abajo de la ventana, amor miooooo
Al son del corazoooon henchidoooo
Mi pecho en uuuun  solo latidooooo
Cordelia toy acaaaa y he venidooooo
A cantarte mi pasiooooon en tu nidooooo…

Me parece a mi que el vidrio no era a pruebas de balística, porque un ojeto no identificado salio  volando desde el  lado de adentro para el lado de afuera e hizo mierda todos los cristales de la ventana. Menos mal que apenas me rozo  las guedejas . Si lo coloca bien me despeina el viejo. Me equivoque de ventana y el viejo medio en camison  borlado con gama doradas, me gritaba enloquecido.

¡Te voy a matar pajaron! Laputaquelopario! Te agarrotedesnucountarado!

Que cosa.

Ni novia se puede tener ahora!

A vo te parece?

El destino me ignora. Mi angustia me convierte en un hombre angustiado… Donde estara mi bella Cordelia,  la gorda. Mis suspiros  se escapan de mi boca de fresa que han perdido la dicha, que  han perdido el color!

Puaaa

Del apuro me  olvide la escalera apoyada en la pared. Cuando el pintor la vio y la fue a retirar, tuvieron que llamar a los primeros  auxilios…

Mala suerte tiene la gente…

No hay comentarios:

Publicar un comentario