Como cualquier hijo de vecino sabe, nosotro somo los guapos mas grandes que pueden haber caminado por esas calles del sur. Nosotro defendemo el honor de las minushas a punta de facón. Me parece a mi.
Eh?
O vos te crees que tenemos las cicatrices en en la jeta porque hicimos el tatoo de Majareta? Que te pasa, varon?
El Tigre Millan y el turco Josafo con la cicatriz de la oreja a la oreja nos respetaban a nosotros, para que vos sepas.
Le metimo 42 puñaladas al gato del vecino Matufio , que no lo dejaba dormir en las horas de la noche encubierto atrás del árbol del yoyega Fanculo de la pulpería “ El tranco agarrau”. Nos jugamos la vida nos jugamos, cuando el importau salio con la escopeta a defender a la bestia, y empezó a tirar a diestra y siniestra al grito de ¡Coño, te v’ia dar, merda! a la Yona, que venia congomi, casi me la despena a la negra, vinieron los uniformau a ver el ruido de los tiros a destajo, y el gato acalambrau que seguia bufando a lo loco, mientras nosotros nos refugiábamos en el arroyo, que estaba bajo en esos días porque no caia agua ni para remedio te digo. El felino no habia recibido ni un aujero mortal, y el resusitamiento era el milagro que fue la comidilla de todo el barrio de Pardales.
Les sacabamos lustre a los facones nosotro.
Una vez tuvimo un duelo crioyo con el payador de Barracas, que se había entrancau con la Pulpera de Santa Lucia y no salía de ahí. Lo encaramos decididamente y le dijimos
.-Me tenès podrido vos con la pulpera Lucia, tanta milonga , tanta milonga y tenès cuernos mas grandes que el Amando Duval con la Margarita Gotiè, tenè vò gilùn.
Medio como que no le gustó al loco, y se vino con el instrumento para encajármelo en la zabeca.
Señor Comisario yo no soy criminal!
Justo que el guitarrero se levanta enfurecido, se pega flor de julepe el gato del yoyega que estaba acurrucau arriba de una tualla vieja, levanta el lomo con los pelos parados, como hacen los gatos no?, aunque a este le quedaban poco y nada, y el cantor justo le pisa la cola al felino, que se le cuelga al bombachudo de las verijas, que cae de bruces sobre la mesa enllena de vasos con tintacho del loco Genaro y la petisa Mereca. La revirada le da flor de sopapo al de Barracas, mientras el Genaro se mandaba a guardar lo poco que le quedaba en el vaso, me abri cancha y lo enfrenté bien de frente al disiquilibrau.
Agarrè el poncho talamaco que usàbamo para dar un buen taco no? como decia el gaucho Fierro, para mi que eran macanas, bueno dejalo, seguimo…, me envolví entonce el poncho en el brazo para atajar las puñaladas, que me habia regalau mi santa madrecita, gracias vieja no te mueras nunca!, nosotros los malevos necesitamos una madre que nos comprenda, no sé si vos me entendés no?, asi que besé la crucecita que me dió el cura cuando le interpretamo, a pura verdulera, la Payanca, en el velorio del cordobés Venancio que murió atosigau con un gueso e’poyo, el verrugoso de mierda, y lo de guapo se le atragantó con el poyo, te juro, y ahí mismo le mande un desentripau al payador. Me parece que le erré al sablazo, porque el melódico se quedó parado en el diome del boliche y se sintió como un olor fuerte y con la guitarra al hombro salió disparado para el lado de ajuera de la vedera. Volaba el macho por el empedrau , aunque vos no te lo creas.
Sonamos! La Yona gritaba enloquecida, ¡Me lo han marcau al flaco, laputaqueloparió! que lo preciso pa’sta noche, carajo! Se creyó que estaba gravemente aujereau yo. Me vino fenómeno el acontecimiento enfrentativo, para más dispué no?… Eh?
Pero otra vez si hubo mucha sangre.
Nosotros sacamos patente de Malevo a puro macho. El turco Josefo el “Malencarau” , el Cardo Burdeles, “Remarcau” le llamaban, y tamién yo el malevo Baadec el “Colifa” me llamaban a mi, fuimos el terror de Puente Alsina y la feria la Salada. Ahora estamo mas calmos y nos dedicamos al pescau frito. Que va a hacer! El destino nos marca con su ley…
Buen, resulta que salimo pa’l puente Barracas a buscar unas naifas que se la daban de dama cruel, y necesitaban machos para ir a la milonga, los machos seriamos nosotros nocierto?, porque bailaban el tango con corte y quebrada, mientras chupaban tinto que daba miedo las locas! No se si terminamos mamaus, pero bastante alegres más bien, te diría! Si se llegaba a enterar la que te jedi, estarias hablando con un finau. Todavia no la conoces bien a la Yona, vos!
Un sorete que estaba aguantando el mostrador, se le ponían los ojos vidriosos campaniando a las tres locas que se caian de la tranca que llevaban encima, mientras nosotros la sosteníamos como podíamos, agarró y se le arrimó a la Mecha Pardala que esta bailando congomi, y le dijo que si necesitaba, “acá tenes un varón” , le metí tan tremenda mano que fue a dar contra el cuarteto que estaban interpretando el "Escondite de Hernando", le metieron la viola en un ojo al tipo, y la Mecha lo sacudió con la damajuana del tintacho, ardió Troya y las naifas bailongueras rajaron pal’ lau de la puerta, mientras las locas que estaban con nosotros putiaban de arriba para abajo, el turco se embarcó a trompada limpia con un paisano mamau, salieron a relucir los facones y no quedó ni uno. Al final el que la ligó fue el charleta que terminó con un ojo en compota y la cabeza con un chichón y la sangre que le brotaba del damajuanazo que le dió la Mecha Pardala.
No habia mas nada que hacer y nos fuimos pa’la estacion donde todavia habia algun nochero, nos morfamos un bifacho con vino tinto a las 6 de la mañana y santo remedio.
Las namis se pusieron querendonas y listo el pollo, te la sigo en otra porque va de lunga…
N. del autor: aclaramos a los dignisimos lectores , o no, que la “verdulera “ que se menciona por ahí, es un acordeon chiquitito que se utiliza en estos pagos pa bailar la tarantela, y la damajuana es un coso de vidrio que se enllena con vino, si es posible, que sea tinto.
No tienen porque.
Fuente: El Malevo Baadec y la Maleva de mi suegra.
No hay comentarios:
Publicar un comentario